VUELVE…

 

En la profundidad de mi alma desquebrajada brota la ponzoña

La podredumbre toma alas y vuela en forma de versos a través de mi garganta

Dejando un sabor a alquitrán en mis labios con el augurio del cáncer de tu abandono

Pero estoy aquí gritándole al papel pidiendo que vuelvas

Con la tinta tiritando por mis venas hasta llegar a mi mano

Porque sin ti soy un desastre incapaz de lamerse las heridas

Heridas que nunca consigo cicatrizar provocadas por tu deserción

Vuelve y arráncame del pecho este puñal repleto de dudas

Porque esta noche poesía te deseo como el alcohólico al ron.

Soledad y Miseria…

Hay noches en las que la soledad se siente sola.
Mientras este cosmonauta navega sobre sueños desdeñados,
Y en el silencio cómplice nos acompaña mi libreta.
Huérfana de versos, buscando retazos de poesía en mis ojos.

Vierto mi miseria sobre dos vasos y brindo con la soledad.
Gracias al silencio puedo escuchar gemir el viento.
A través de mi ventana percibo llorar a la ciudad.
Es entonces que aparece la nostalgia y se viste de verso.

Intercambiamos caóticas miradas tiritando de ganas de volar.
En mi alma el fuego arde tal como Roma carbonizando
Los pedazos de mi vida.
Con el deseo de disparar con un revolver a la tristeza y el
Corazón a punto de estallar.
Dejo salir la podredumbre de mis venas y me lanzo sobre
El papel con el amanecer onírico y suicida.

Tonta Historia de Amor…

Los niños a veces suelen enamorarse(al menos eso creen) de sus niñeras o de sus maestras cuando están pequeños. En esa parte quizás yo fui muy diferente, jamás me enamore de una de mis maestras eran señoras sobrepasando los cincuenta feas y amargadas las condenadas y yo solía tener esa habilidad especial para desagradar a cualquiera.

El primer recuerdo que tengo parecido a lo que llaman amor fue en primer grado (lo sé era un maldito niño que podía saber yo del amor) pero en esa pequeña cabeza mía yo creía estar enamorado de una niña la cual ya ni siquiera recuerdo bien a excepción de su nombre y como se dibujan unos agujeros en su rostro cuando sonreía. Melanie era su nombre no sé cuantos malditos años han pasado y la verdad poco me importa pero todavía recuerdo su nombre completo. Que idiota soy

Durante 3 años pase observándola desde mi asiento en la parte de atrás sin tener el valor de decirle algo ¿Qué mierda podía decir un niño de tercer grado sobre amor?, ¿Cómo mierda conquistas a alguien cuando no tienes ni 10 años? no tenía conocimiento de nada pero sabia en el fondo que cada vez que la veía algo en mi interior hacia clic y comenzaba a sonreír como un estúpido, que en mi estomago había esa extraña sensación que tal vez yo confundía con hambre.

Era tan inocente, no sabía de besos, abrazos o de meterle mano… maldita educación que te hacía creer que a los niños los traía la cigüeña o eran resultado de comer una hoja de un determinado palo. Tuve que llegar a los 13 para entender que efectivamente los niños venían de un palo y que claramente lo que la mujer se comía no era una hoja precisamente.

La cuestión era que yo estaba enamorado de Melanie pero no sabía cómo actuar o que decir. Me entraba el pánico cuando estaba cerca. Claro, era un niño nadie puede decir que era un cobarde. Además ¿Se imaginan a un puto niño de menos de 10 años buscando novia? hace un par de años eso quizás sería algo de risa pero ahora son cosas que suelen suceder porque nos fuimos a la verga como sociedad.

Quisiera recordar el día especifico, la hora y todos los detalles de ese día en el que aprendí que a veces resulta que las mujeres tienen más huevos que nosotros los hombres pero mi mente esta gastada por los excesos y solo recuerdo pequeñas porciones de las cosas. Pero lo que si les puedo decir que ese día tenia examen. Recuerdo claramente ver a Melanie caminando hasta donde estaba yo, recuerdo que llevaba una página de papel bond adornada con márgenes de colores y corazones en cada esquina, recuerdo que estaba perfumada y que su fragancia era exquisita.
Al desdoblarla su contenido era visible era un peculiar poema sobre una ardilla de Amado Nervo

LA ARDILLA
La ardilla corre,
la ardilla vuela,
la ardilla salta
como locuela.

-Mamá, ¿la ardilla
no va a la escuela?
Ven, ardillita,
tengo una jaula
que es muy bonita.

-No, yo prefiero
mi tronco de árbol
y mi agujero.

Y abajo estaba un enorme corazón con nuestros nombres a travesados con un flecha y con la frase «Se Aman». Era la primera vez que yo leía algo así y aunque no tenía ni puta idea del significado. Me sentía tan emocionado de saber sus sentimientos y de que tuviera el valor de regalarme algo así de bonito.

Yo como todo un romántico empedernido de esos chapados a la antigua tenía que hacer algo para responder a su gesto así que inmediatamente corrí hacia el salón de clases arranque una hoja de uno de mis cuadernos y lapicero en mano me dispongo a escribir algo hermoso, algo digno de ella, algo que hiciera que me recordara el resto de su vida. Fue entonces que me di cuenta que era un pendejo y que no tenía ni una puta idea de que debía escribir y lo más importante mi letra era más fea que una patada en los huevos y que apenas alcanzaba yo a entenderme ¿Cómo mierda esperaba que ella pudiera entender mi letra? Entonces tuve una revelación, sabía que debía hacer, sabía que tenía que escribir, deje que me poseyera el espíritu de cualquier poeta que deambulara cerca y escribí: «TE AMO MELANIE» en una esquina de la hoja y la corte.

Aquello era una cosa que daba pena porque era un pequeño papelito mal cortado y con una letra que daba asco. Que por asares del destino y la intervención de compañeros entrometidos termino en manos del profesor y me valió una suspensión. ¿Quién carajo suspende a un niño por escribir te amo? no existe maldita lógica en esos, se supone que los niños son idiotas y comenten estupideces es lo bonito de esa edad o ¿no?

Ni se imaginan la que me cayó en la casa cuando llegue con las buenas nuevas de mi suspensión, luego de un par de «cinchazos» y de un par de zapatos voladores el único consuelo que me quedaba era la carta de «amor» que me había dado Melanie y para sorpresa mía en una esquina se encontraba su número de teléfono. Eso borraba cualquier castigo o cualquier golpe recibido.

En ese tiempo se usaban teléfonos fijos y recuerdo que solía hablar con ella alrededor de 5 minutos diarios no recuerdo muy bien sobre que hablábamos ya no tengo la menor idea, ni siquiera recuerdo su número de teléfono pero sí recuerdo recibir amenazas de su hermano mayor un tipo al que apodaban «caca» por su tono de piel café, recuerdo a ese tipo golpearme porque yo había tenido el atrevimiento de tomar de la mano a su hermana y eso para mí era lo más cercano a una muestra de amor.
Luego de ese año nunca más volví a saber de Melanie pero nunca pude olvidar su nombre, su sonrisa y ese tonto poema que ahora que lo pienso ¿Qué mierdas quería decirme con eso? Definitivamente uno de pequeño suele ser muy pendejo.

Vals del Alba…

Tus demonios junto a los míos danzando en un vals interminable

Entre los rayos de luz como dos pequeñas motas de polvo

nuestras almas sincronizadas al son del violinista maldito

Interrumpidas por el gorrión y su presagio del amanecer detestable

Se desangra la noche hasta llegar al suicidio puntual del albor

Los primeras chispas del sol se cuelan entre el cielo y mi ventana

El fuerte tic tac del viejo reloj anuncia tu inevitable partida

Contemplo el claroscuro desde mi cama con nuestros cuerpos trenzados entre sabanas y suspiros

Soy culpable de encontrar la paz en sus caderas en esta guerra de amores sin sentido

Y fecundar sueños en su vientre marchito.

Llévame a la iglesia

El gallo se deshizo de las tinieblas con su canto

La vieja iglesia repica sus campanas incesantes

Me invitan a la eucaristía celebrada en tu cuerpo

A beber de la copa de tus labios catequizantes

A partir el pan en tus caderas y compartir suspiros

Y como buen pecador me arrodillo a rezarle al altar entre tus piernas

La única salvación que busco esta tus gemidos

Y tu blasfema ausencia para mi es una tortura eterna

(i’m back)

Apocalípsis…

​Ha caído el mundo y los hombres sangran su pútrida miseria. 

En tiempos de religiones olvidadas, y dioses sin nombre. 

Danzan las dríadas, celebrando el odio alrededor de un caldero. 

Cantan ángeles caídos, sobre el amor como un tributo a su muerte. 

Y Sobre el cielo rojo; gárgolas contemplan los rituales del demonio. 

Ha caído el mundo, ¡larga vida al mundo! 

A la Salud de los Cobardes…

Cigarrillos encendidos, botellas sin terminar;
Colores difusos y luces distantes en el cielo.
Entre caladas observo zombies pasar,
Y escucho tu nombre como susurro del viento.

Mi trago sabe ron enmarañado con melancolía;
La melancolía de recuerdos de veranos junto a ti.
Brindo a tu salud y sonrío por simple cortesía.

Fumo un cigarrillo tras otro y a cada uno le cuento que espero tu regreso y que te quiero,
probablemente muera de cáncer de tanto fumar mientras te espero.

Aún así comparto cama con caricias que no son las tuyas y que me saben asquerosa ausencia.
Ya sabes que yo no tropiezo con las piedras me estrello contra ellas.

Lo jodido de buscarte en otras es que nunca te encuentro, aunque debes saber que me esmero.
Pero simplemente no hay nadie como tu capaz de convertirme en ruinas y con besos y caricias construirme desde cero.

Llegando Tarde…

​Enamorada por vez primera con treinta y tantos encima ahora carga un corazón destrozado.

Ella anhela un amor que comparta su libertad y que la acompañe en su andar sin que nadie termine lastimado.

Se arranco sus besos, desconciertos y suspiros
lanzandolos al mar en un baúl para que se ahoguen junto con todos sus recuerdos.

Se marcho con una lágrima en su rostro y  fingiendo su sonrisa, se fue sin decidir adiós pero con una lección entre sus manos.

Aprendió que el amor no es morir por alguien, que a veces damos todo hasta quedarnos sin alma y aún así no ser correspondidos.

Que hay silencios mejores que un te amo sin sentido
Con treinta y tantos encima aprendió a vivir.

Una Maleta, Besos y una Partida…

​Esa noche que decidí marcharme de tu vida, empaque tus besos y tus te amo en una pequeña cajita, colocandola junto a mi ropa, cerre la maleta, me coloque mi mejor sonrisa y me fui sin decir adiós, ya sabes que siempre he odiado las despedidas, hay demasiado drama para mi gusto.

Me subí al tren de la vida sin pensar en mi destino, y ahí sentado en el último vagón, lloré en silencio y para mi, sabiendo que probablemente me iba a arrepentir cuando fuera muy tarde.

Desde entonces camino errante; cambiando de amores, como me cambio calzoncillos, coleccionando besos con sabor amargo, sexo vacío, escuchando muchos te amo que se sienten como piedras porque no salen de tus labios.

En ocasiones me gusta abrir esa cajita que guardo con recelo, y me pruebo tus besos, para recordarme lo imbécil que soy algunas veces a la hora de tomar decisiones.
He colgado junto a mi cama, aquel bello atrapasueños que con tanto esmero me hiciste, para alejar las pesadillas que hacen que me despierte gritando tu nombre, pero extrañamente no funciona, me visitan con mayor frecuencia desde entonces.

En fin, he aprendido que las cosas no son como en las películas románticas o como en las novelas, pero ciertamente hay algo mágico en la poesía, y en todos los escritores que te hacen anhelar ese sentimiento llamando amor.

Divagaciones de una Mente Confundida…

​El día que te fuiste me di cuenta que mi vida estaba en pausa, que por alguna extraña razón el viejo reloj en la pared se detuvo exactamente a las 3:15 pm que la noche nunca llego y tampoco hubo amanecer.

A pesar todo aún duermo y cuando despierto te busco a mi lado, pero no estás y salto de la cama buscandote en la sala, la cocina y el resto de la casa pero nunca tengo éxito.

Aún conservo los besos que olvidaste, los guardo en el último libro que leímos juntos justo en la página 93 para continuarlo a tu regreso.

A veces chester pregunta por ti y respondo que fuiste por cigarrillos a la tienda, que volverás pronto pero en el fondo se que te marchaste porque tu ni siquiera fumas.

No sé si estoy loco por esperar tu regreso o por conversar con mi gato.      

Escucho pasos en la calle y mi corazón late a toda velocidad, albergado la esperanza que seas tu a punto de tocar la puerta, pero luego cae la realidad como un valde de agua fría recordandome que si quisieras volver, tu aun conservas tu llave, es cuando chester advierte que quizás nunca hubo cigarrillos y lo se soy consciente que no vas a volver.

Extraño las peleas por bajar y subir la tapa del inodoro, por beber directo del envase incluso extraño verte babear la almohada cuando duermes así de jodido estoy.

Tal vez debí ser más egoísta, tal vez debí retenerte y no dejarte ir pero no era lo correcto, porque la mayoría de historias bonitas se tejen mejor en nuestra mente.