Mes: julio 2016

Tu Ausencia…

Aquí estoy extrañando esa felicidad tan efímera que me diste, no puedo siquiera pronunciar tu nombre sin evocar la soledad y ser invadido de ese brutal sentimiento que me cala hasta en los huesos.

Podría destrozar mis labios y así deshacerme de todos esos besos que me diste, podría incluso arrancarme la piel y borrar tus caricias porque lo que antes parecían suaves manos ahora me recuerdan a lijas que me desgarran lentamente.

Puedo recitar de memoria tus poemas favoritos de Benedetti y provocarme asco a mi mismo por poder hacerlo. He tratado de olvidarte tantas veces pero son demasiadas canciones, demasiados lugares y una infinidad de poemas en los cuales apareces.

Realmente es jodido cuando las cosas que te desagradan de una persona son las que más terminas extrañando como tu risa por ejemplo. Esa cosa que me parecía tan vulgar ahora resuena en mi mente como si rondaras en ella. 

Podría decirte exactamente el vestido que usabas el día que te marchaste y como todos los días a la misma hora creo verte sonreirme en aquel viejo sillón dónde pasabamos juntos.

Viajé, Amé, Perdí y Confié.

Viajé, durante mucho tiempo fui por allí buscando mi lugar en el mundo conociendo lugares, conociendo gente, recolectando historias, viviendo. Creyendo que el mejor lugar es el hogar y no me refiero a una casa sino al espacio que tienes en su corazón.

Amé, rozando el borde de la locura y hasta el cansancio al punto de la dependencia para ser feliz, hasta el no importa quién mientras te vea feliz.
Perdí, todo lo que alguna vez llego a importarme, mi lugar en el mundo, las ganas de escribir, mi enfoque, incluso las ganas de vivir… he perdido tanto y demasiadas veces que aún no entiendo como me sigo levantando.

Confié, inalcanzables veces en el mundo y termine decepcionado, en amigos y en el amor pero sin importar lo que hiciera terminaba traicionado y durante mucho tiempo sufrí.

He experimentado tantas veces el cielo y el infierno en está vida sólo para aprender a disfrutar de los momentos: de una puesta de sol, de la sonrisa de un niño, de la satisfacción de hacer algo bueno y de la pasión por escribir.

¿No son siempre los artistas los que están llenos de dramas y tragedia en sus vidas para poder plasmar esos sentimientos y ser libres?

Visión…

Parto de la base de que soñar no es imposible, que para cambiar el mundo, es necesario cambiar nuestro pensamiento y ser más tolerantes solo así podría ser posible.

Puedes ser lo que tu quieras: cantante, aviador, bombero, político, escritor no importa lucha por tus sueños que no logras nada quedándote en espera.

Vivimos en un mundo cruel, Xenofobo, homofobo y racista donde te das cuenta que todo se va a la mierda y a las personas lo único que les importa es un pedazo verde de papel o saber si tu tarjeta es credomatic o tal vez visa.

Juventud que se pierde en cada segundo; con chicas que  señan el culo y las chiches en una red social; por un par de likes y niños fumando hierba y armados porque esa es la moda en su hueco mundo.

Todo esto es absurdo. Salgo a la calle y solo veo zoombis atrapados por modas tratando de ser su futbolista o artista favorito, viendo de menos a quien no es como ellos, piensa diferente y te joden incluso por ser zurdo.

Pero no todo es malo allí afuera, aún hay gente deseando ser,  esperando  hacer,  sudando y sagrado para realizar un cambio hasta más no poder.

Si Pudiera…

Saben si cierro los ojos por un momento podría imaginarla y contarles como el sol cada mañana sale en su rostro y se pone en su espalda al llegar la noche

Podría hablar con certeza de los 57 lunares en su espalda e intentaría contar las pecas en sus hombros, pero en 115 pierdo la cuenta y quedo atrapado en sus pechos.  Maravillado como si fuera la primera vez que los veo,  como si presenciara algo tan perfecto y hermoso como un atardecer con un cielo, completamente de color rojo como la pintura maestra de un gran artista.

Si pudiera moriría asfixiado,  por el abrazo de sus piernas y es que desde el momento que su rostro me hizo una mueca parecida a una sonrisa, donde antes todo estaba muerto ahora hay vida.

Son tantos los viernes que le debo a ella, sus besos y fines de semana que a veces no me alcanzan los suspiros ni mis pensamientos para llamarte y es que hay un agujero aquí en mi pecho justo con tu nombre.

Son tantas las personalidades que tengo, según mi psicólogo que no se cual de todas es la que te extraña y cual sabe hasta la más mínima cosa que debo saber sobre ti.