Divagaciones de una Mente Confundida…

​El día que te fuiste me di cuenta que mi vida estaba en pausa, que por alguna extraña razón el viejo reloj en la pared se detuvo exactamente a las 3:15 pm que la noche nunca llego y tampoco hubo amanecer.

A pesar todo aún duermo y cuando despierto te busco a mi lado, pero no estás y salto de la cama buscandote en la sala, la cocina y el resto de la casa pero nunca tengo éxito.

Aún conservo los besos que olvidaste, los guardo en el último libro que leímos juntos justo en la página 93 para continuarlo a tu regreso.

A veces chester pregunta por ti y respondo que fuiste por cigarrillos a la tienda, que volverás pronto pero en el fondo se que te marchaste porque tu ni siquiera fumas.

No sé si estoy loco por esperar tu regreso o por conversar con mi gato.      

Escucho pasos en la calle y mi corazón late a toda velocidad, albergado la esperanza que seas tu a punto de tocar la puerta, pero luego cae la realidad como un valde de agua fría recordandome que si quisieras volver, tu aun conservas tu llave, es cuando chester advierte que quizás nunca hubo cigarrillos y lo se soy consciente que no vas a volver.

Extraño las peleas por bajar y subir la tapa del inodoro, por beber directo del envase incluso extraño verte babear la almohada cuando duermes así de jodido estoy.

Tal vez debí ser más egoísta, tal vez debí retenerte y no dejarte ir pero no era lo correcto, porque la mayoría de historias bonitas se tejen mejor en nuestra mente.

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