Mes: octubre 2016

A la Salud de los Cobardes…

Cigarrillos encendidos, botellas sin terminar;
Colores difusos y luces distantes en el cielo.
Entre caladas observo zombies pasar,
Y escucho tu nombre como susurro del viento.

Mi trago sabe ron enmarañado con melancolía;
La melancolía de recuerdos de veranos junto a ti.
Brindo a tu salud y sonrío por simple cortesía.

Fumo un cigarrillo tras otro y a cada uno le cuento que espero tu regreso y que te quiero,
probablemente muera de cáncer de tanto fumar mientras te espero.

Aún así comparto cama con caricias que no son las tuyas y que me saben asquerosa ausencia.
Ya sabes que yo no tropiezo con las piedras me estrello contra ellas.

Lo jodido de buscarte en otras es que nunca te encuentro, aunque debes saber que me esmero.
Pero simplemente no hay nadie como tu capaz de convertirme en ruinas y con besos y caricias construirme desde cero.

Llegando Tarde…

​Enamorada por vez primera con treinta y tantos encima ahora carga un corazón destrozado.

Ella anhela un amor que comparta su libertad y que la acompañe en su andar sin que nadie termine lastimado.

Se arranco sus besos, desconciertos y suspiros
lanzandolos al mar en un baúl para que se ahoguen junto con todos sus recuerdos.

Se marcho con una lágrima en su rostro y  fingiendo su sonrisa, se fue sin decidir adiós pero con una lección entre sus manos.

Aprendió que el amor no es morir por alguien, que a veces damos todo hasta quedarnos sin alma y aún así no ser correspondidos.

Que hay silencios mejores que un te amo sin sentido
Con treinta y tantos encima aprendió a vivir.

Una Maleta, Besos y una Partida…

​Esa noche que decidí marcharme de tu vida, empaque tus besos y tus te amo en una pequeña cajita, colocandola junto a mi ropa, cerre la maleta, me coloque mi mejor sonrisa y me fui sin decir adiós, ya sabes que siempre he odiado las despedidas, hay demasiado drama para mi gusto.

Me subí al tren de la vida sin pensar en mi destino, y ahí sentado en el último vagón, lloré en silencio y para mi, sabiendo que probablemente me iba a arrepentir cuando fuera muy tarde.

Desde entonces camino errante; cambiando de amores, como me cambio calzoncillos, coleccionando besos con sabor amargo, sexo vacío, escuchando muchos te amo que se sienten como piedras porque no salen de tus labios.

En ocasiones me gusta abrir esa cajita que guardo con recelo, y me pruebo tus besos, para recordarme lo imbécil que soy algunas veces a la hora de tomar decisiones.
He colgado junto a mi cama, aquel bello atrapasueños que con tanto esmero me hiciste, para alejar las pesadillas que hacen que me despierte gritando tu nombre, pero extrañamente no funciona, me visitan con mayor frecuencia desde entonces.

En fin, he aprendido que las cosas no son como en las películas románticas o como en las novelas, pero ciertamente hay algo mágico en la poesía, y en todos los escritores que te hacen anhelar ese sentimiento llamando amor.