Caminaba en silencio y te recordaba, mientras el pálido ojo de la noche iluminaba el oscuro laberinto para acorralar autos, era una de esas noches donde las montañas no tenían sus cobijas de algodón y en el cielo era visible esa lluvia detenida de luces celestiales
Como te amaba, solía planear nuestro futuro juntos, amaba la forma en la que dibujabas universos con tu sonrisa, y los inviernos atrapados en tus ojos.
Eras esa llama capaz de encender el fuego de mi alma, y confieso que en tus piernas habia más amor que en los versos de un poeta enamorado.
Vivo sin ti y a veces quisiera morir por otras, olvidando tu nombre con otra saliva pero soy como un perro fiel a tu recuerdo y termino en este lugar donde nos besamos por vez primera en esa calle, la calle.